En un mundo lleno de dietas de moda, restricciones extremas y promesas de resultados rápidos, hablar de balance nutricional puede parecer algo simple… pero en realidad, es el verdadero secreto de una buena alimentación.
Como nutrióloga mexicana, he aprendido que alcanzar el equilibrio en lo que comemos no solo transforma el cuerpo, sino también la mente y la relación que tenemos con los alimentos.
¿Qué significa tener un balance nutricional?
Para mí, el balance nutricional es la armonía entre lo que comemos y lo que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. No se trata de contar calorías, sino de darle a nuestro organismo los nutrientes adecuados en las proporciones correctas: proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas, minerales y agua.
Cuando existe ese equilibrio, el cuerpo mantiene una energía estable, el sistema inmune responde mejor, y hasta el estado de ánimo mejora. En cambio, cuando hay desequilibrio —por exceso o por carencia— suelen aparecer síntomas como cansancio, ansiedad, inflamación o problemas digestivos.
Mis pilares del balance nutricional
A lo largo de mi experiencia, he identificado cinco pilares que sostienen una alimentación equilibrada:
🥦 Variedad: Me gusta incluir alimentos de todos los grupos, porque cada uno aporta algo distinto. Limitarse a comer siempre lo mismo puede generar deficiencias nutricionales.
🍚 Proporción: Procuro que cada comida tenga una fuente de proteína, una de carbohidrato complejo, vegetales y una grasa saludable. La clave está en las cantidades adecuadas para cada persona.
🕒 Regularidad: Comer en horarios razonables es esencial. Evito pasar muchas horas sin alimento porque eso altera el metabolismo y puede aumentar los antojos.
💧 Hidratación: No se trata solo de tomar agua; también incluyo alimentos ricos en líquidos como frutas, verduras o sopas, y limito las bebidas azucaradas.
🧘♀️ Flexibilidad: No creo en los alimentos “prohibidos”. El equilibrio también implica disfrutar lo que comemos, sin culpa.
Cómo aplico el balance nutricional en la vida real
Lograr un balance nutricional no requiere medidas extremas. Yo recomiendo comenzar con pequeños cambios sostenibles, como:
- Incluir frutas y verduras en cada comida.
- Elegir proteínas magras como pollo, pescado, huevo o legumbres.
- Preferir grasas saludables como aguacate, aceite de oliva, nueces y semillas.
- Evitar los extremos: ni eliminar grupos completos de alimentos ni comer solo por antojo.
- Escuchar al cuerpo: el hambre real y la saciedad son las mejores guías.
Para mí, el objetivo no es comer perfecto, sino comer consciente. Cuando entendemos lo que nuestro cuerpo necesita, dejamos de seguir dietas rígidas y empezamos a construir hábitos que duran toda la vida.
