A lo largo de la historia, las mujeres mexicanas hemos tenido un papel fundamental en la construcción del conocimiento, en el cuidado de la salud y en la transformación de la ciencia. Sin embargo, durante mucho tiempo, nuestras aportaciones fueron invisibilizadas o poco reconocidas.
Hoy, me llena de orgullo ver cómo la figura femenina ha ido ganando espacios de liderazgo dentro de la medicina, la nutrición, la investigación y la divulgación científica. Formar parte de esta nueva generación de profesionales comprometidas con el bienestar social es, para mí, una gran responsabilidad y un profundo honor.
El legado de la mujer mexicana en la salud
Desde siempre, las mujeres hemos estado vinculadas con la salud en múltiples formas: como cuidadoras, como promotoras de remedios tradicionales y como profesionales en el campo médico. La medicina tradicional mexicana, con su fuerte raíz indígena, reconoce a las parteras, curanderas y yerberas como las guardianas de un conocimiento ancestral que sigue vigente.
Con el paso del tiempo y la creación de universidades modernas, las mujeres comenzamos a ocupar espacios formales en la medicina y la ciencia. Hoy somos mayoría en profesiones como la nutrición, la enfermería y la psicología, y cada vez más mujeres destacamos también en áreas de investigación, biomedicina y ciencias básicas.
Saber que pertenezco a esta línea histórica de mujeres que han abierto camino me inspira a seguir contribuyendo desde mi trinchera: la nutrición.
La ciencia y la nutrición en el México actual
México enfrenta grandes retos en materia de salud pública: obesidad, diabetes, hipertensión, desnutrición y una profunda falta de educación alimentaria. En este contexto, la nutrición se ha convertido en un pilar esencial, no solo desde la atención clínica, sino también desde la prevención y la educación.
Como nutrióloga, creo firmemente que tenemos un papel doblemente importante:
por un lado, mejorar la salud de las personas a través de planes de alimentación basados en evidencia científica, y por otro, generar conocimiento que fortalezca tanto la práctica clínica como las políticas públicas.
Mi visión y compromiso como nutrióloga mexicana
A lo largo de mi trayectoria, he buscado integrar ciencia, cultura y educación, entendiendo que la alimentación no es solo un proceso biológico, sino también un fenómeno social y cultural.
Mi labor se basa en cuatro pilares que guían todo lo que hago:
🌿 Enfoque preventivo: Promuevo la nutrición como herramienta clave para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.
💬 Divulgación accesible: Me esfuerzo por acercar la ciencia de la nutrición a todas las personas, usando un lenguaje claro y humano, para derribar mitos y fomentar una relación más sana con la comida.
🧠 Visión integral: Considero que la salud depende no solo de lo que comemos, sino también de nuestros factores emocionales, sociales y culturales.
💫 Inspiración femenina: Me emociona saber que mi trabajo puede inspirar a otras mujeres a seguir sus sueños en la ciencia y la salud, demostrando que la pasión y la disciplina pueden transformar vidas.
La importancia de visibilizar a las mujeres en la ciencia
Creo profundamente en la importancia de visibilizar referentes femeninos. Cuando las niñas y jóvenes ven a otras mujeres desempeñándose con éxito en la ciencia, la medicina o la nutrición, comprenden que ellas también pueden hacerlo.
Ser parte de este movimiento me llena de orgullo. Mi historia no es solo personal: forma parte de una red de mujeres mexicanas que día a día transforman la salud desde distintos ámbitos, uniendo tradición y modernidad, ciencia y humanismo, disciplina y vocación.
En resumen
El papel de la mujer mexicana en la salud y la ciencia es cada vez más relevante. Desde las parteras tradicionales hasta las investigadoras en laboratorios de vanguardia, todas contribuimos a una misma historia de resiliencia, conocimiento y amor por la vida.
Yo creo que reconocer nuestro trabajo no es un homenaje individual, sino un recordatorio de que la ciencia y la salud en México se transforman, día a día, gracias al liderazgo femenino.
